15 septiembre 2010

El 15 de Septiembre de 1821

El 15 de Septiembre de 1821 significó la libertad para las regiones que pronto se volverían los estados centroamericanos. Libertad que había sido aguardada por esos pueblos desde que colonias europeas establecieron en dichas regiones, un yugo opresor destinado a despojarlos de minerales preciosos, recursos naturales y las vidas de millones de sus habitantes originarios.

Significó convertir a El Salvador y sus países vecinos en estados soberanos, autónomos, capaces de dictar sus propios destinos y el de su gente. Iniciando su existencia, a pesar de volverse parte de confederaciones distintas entre naciones vecinas en sus primeros años, con el simple hecho de estar apartado de la voluntad de la corona española.

Los padres de la patria hicieron posible que fuéramos libres. Tenían intereses económicos, eso es cierto. El poder siempre estuvo radicado entre los individuos denominados "criollos" y muchos de los partidarios de la independencia situaban sus ideas en la necesidad de erradicar los impuestos exigidos por la corona española. Esto se evidencia fundamentalmente en el hecho de que no se modificaran en absoluto los sistemas de tenencia de tierras tras la independencia, y muchos de los que fueron independencistas eran criollos poderosos.

Aún así, los padres de la patria permitieron que naciera una nación; una nación para llamarse autónoma, libre y soberana.

Era la oportunidad de volver a llamar propia la majestad de los volcanes que durante milenios se han alzado sobre estas tierras; de clamar como nuestro el resplandor de la luna sobre las lagunas que bañan la inefable quietud de la inclemente naturaleza de este antiguo paraíso tropical; de reclamar el trino de los pájaros que lo habitaron y el susurro de los vientos de Octubre, de decir que la brisa que acaricia los campos donde crece el maíz que nos alimenta del mismo modo que hizo con nuestros antepasados de milenios atrás, es nuestra.

Y desde ese momento, desde aquel quince de Septiembre de 1821; pudimos proclamarnos y denominarnos independientes.

Sin embargo aún no lo éramos totalmente. No estábamos sujetos a las decisiones de nuestra propia gente, sino a la de aquellos que tenían poder. Pero sí éramos suficientemente libres para hacer nuestro camino con la cultura y estructuras sociales que se habían delimitado desde la época de la colonia, y aun estableciendo distinciones étnicas que definirían a la población, la relación entre las diversas etnias, que cada vez eran mas indistinguibles una de la otra gracias al mestizaje, así como aún existiendo patrones socioculturales que establecerían distinciones entre las personas con el paso del tiempo se consolidamos la república.

Se buscó forjar una democracia, pero durante más de un siglo existió la influencia opresora de gobernantes cuyos gobiernos estaban radicados en intereses económicos que dejaban de lado las necesidades de las mayorías.

Aun ahora seguimos intentándolo. Desde hace más de un siglo somos una nación, hemos crecido y hemos progresado en muchos aspectos, del mismo modo hemos degenerado en otros. Somos una nación con una cultura única y maravillosa, una naturaleza exuberante y armoniosa, con gente de todas clases, cuyas familias quizás no necesariamente sean de este continente, pero somos un país; un país que no se rinde al ideal que algunos hombres y mujeres mantenían en 1821 el progresar y crecer como república.

Hoy, 189 años después de nuestra independencia, somos los jóvenes, los salvadoreños los que debemos luchar por el ideal que se lucho en un inicio y es algo que no tenemos que recordar cada Septiembre, sino, cada día y decir con valentía y honor: Este es mi país, esta es mi Patria.

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