Muchas veces en la vida nos cuesta desligarnos de las cosas y/o personas. Una vez leí que habían cosas que terminaban para que nuevas cosas se formaran. Eso es normal, siempre he sabido que la materia se transforma, y siendo positivos podríamos decir que todo es para bien. Para nuestro bien.
Sin embargo, a veces, en la vida nos encontramos frente a decisiones que son difíciles, porque representan dejar cosas que nos agradaban, por cosas que son necesarias y que debemos realizar hasta concretizarlas. Muchas veces, sentimos que es injusto el enfrentarnos a estas decisiones que presentan un doble camino en la vida, puesto que no nos gusta escoger entre las dos, ya que seria más fácil, y quizás más conveniente, escoger ambas.
Es en esos momentos de la vida en donde olvidamos cuestionarnos y mas que cuestionarnos, olvidamos la finalidad del por qué de la vida.
No quiero entrar en aspectos espirituales, cosa muy difícil, pero siento desde el fondo de mi corazón y la concepción de mi ser espiritual que todo en esta vida sucede con un motivo y una finalidad.
Es triste escoger una decisión de varias, pues escoger una implica terminar un capitulo de nuestra vida y siendo los humanos tan resignados y necios nos empecinamos en ver lo negativo de cerrar un capitulo de nuestra vida, convirtiendo todo en tristeza, llanto y drama.
Pero este quizás sea nuestro error. Hay capítulos que se cierran en nuestra vida y hay capítulos que no debemos de cerrar, siendo esta una decisión directamente ligada a la sabiduría y a la madurez, la mayoría de capítulos no se deben de cerrar puesto que representan una experiencia, una enseñanza, una moraleja, una finalidad.
No debemos de cerrar los capítulos que nos demuestran nuestros errores y fallas, sino, solamente aprender de ellos y esperar que cuando la vida nos lleve nuevamente con los protagonistas de ese capitulo, las cosas se den mejor de lo que fueron antes. El sabor debe de mejorar.
Pensamos que estamos ligados a algo en particular, ya sea por equilibro o por ancla a una vida real y estable, pero nada de esto es necesario. Cada quien al final de su día, debe de tener la certeza que vive su vida lo mejor posible, que su día ha sido lleno de dicha, que ha brindado felicidad así como otros le han brindado felicidad.
Siendo estas dos grandes verdades que hacen nuestra vida mejor por muy burdas que se lean, seriamos unos bobos si pensáramos que no son algún tipo de táctica para mejorar.
Es por ello un imperativo aprender a madurar de las experiencias y nunca quedarse con un sabor triste y amargo de las situaciones que diariamente nos pueden suceder, sino contrariamente, reflexionar sobre lo que hemos vivido y pensar que no ha terminado, sino solamente, esta en pausa.
Que la vida no es solo una situación, sino un amplio numero de situaciones y que de eso se trata, de crear y vivir cada vez más, teniendo la certeza que un día, algunas historias y situaciones pasadas me volverán a encontrar aunque será en otro momento de la vida, en otro contexto pero que es muy probable que el sentimiento sea similar al de antes.
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