08 julio 2013

Los Recuerdos

Los recuerdos son la huella de nuestro pasado y el sentido de nuestro futuro. Y son muy importantes, porque le muestran a uno de dónde viene, por dónde anduvo y, si eres lista y estás atenta, también te revelarán adónde vas.
Son como el faro del alma, los recuerdos.


Todos hemos pasado por grandes perdidas y grandes momentos.

Yo suelo olvidar las cosas muy rápido, es muy probable que quizás sea porque no le doy importancia a casi todo en este planeta y cuando lo leo o cuando me dicen algo, pues no pongo mucho interés. Es muy triste porque he leído cosas hermosas que sólo me dejan ese sentimiento de asco o de devoción, de esa devoción que viene del corazón o del esófago, o de donde uno quiera más, pero que hacen sentir un gran sentimiento de auto realización y no las recuerdo ya.

Agradezco no recordar cosas, que aparentemente me han traumado hasta el día de hoy, de una forma subconsciente claro, porque me lo cuenta mi familia y yo aun no lo creo. Sin embargo, hay muchas cosas que recuerdo, y me pesa no recordar cosas claras que me hicieran feliz de chiquita y me embarga la duda de no saber si es porqué se me han olvidado o es porqué uno no sintió que el corazón se le desbordara de la felicidad con algo.

Recuerdo las cosas preocupantes, triste y feas, pero no el confort que vino tras ellas. Como por ejemplo el día que me salí de una tienda muy famosa y me perdí en el centro de la ciudad. Recuerdo la angustia en la que corría y la gente me preguntaba cosas como: ¿Cuál es tu nombre?, ¿Cómo te llamas?, ¿Sabes dónde vives? y esas estupideces que un adulto dormido le pregunta a una niña de 5 años asustada que llora como a quien esta perdido en un lugar que desconoce completamente.

Recuerdo como cuando tenia quizás 10 años, hice un clavado a una piscina de niños y la única clavada fui yo en el concreto de la piscina, recuerdo haberme visto y la paz que me daba estar ahí ahogándome, viéndome con los ojos cerrados en el fondo de la piscina. Recuerdo cuando mi hermana mayor me saco preocupada, pero no recuerdo el consuelo que me dio verla nuevamente.

No recuerdo nada, y es que a veces, aunque nuestra vida no sea difícil como la de muchos que han de pasar por peores cosas, preferimos recordar lo malo y es tan mal habito que me niego seguir así y sólo recordar la felicidad que me brindan las experiencias.

Al final y por el momento, en cuanto a mi pasado, me conforta pensar en que sino hubiesen cosas buenas, no habrían cosas malas, solamente mediría todo en una escala de "la menos peor de todas las cosas malas" y yo se que no va así.
La vida es demasiado corta como para ir por ahí pensando en penas, el tiempo pone las cosas en cualquier sitio y en cualquier sitio estamos nosotros.

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